21 dic 2015



La estación interplanetaria Cassini ha captado una deslumbrante imagen de las lunas de Saturno, Encélado y Tetis, perfectamente alineadas.

En la fotografía, la luna Encélado se encuentra a 2,5 millones de kilómetros de la estación, mientras que Tetis está a tan sólo 483.000 kilómetros tras ella.

Se aprecian sus verdaderos tamaños relativos, debido a que las lunas están tan cerca una de la otra. Tetis mide de ancho 1065 kilómetros y Encélado 511 kilómetros.


19 dic 2015

El embriagador aroma del jazmín

Lo bueno de comer en el trabajo es que me dejan como caso perdido y puedo plantar y experimentar. Esta semana, al fin, se ha abierto el jazmín tradicional que planté. El aroma es embriagador.


6 dic 2015

Dedicado a T.



PLENILUNIO

En el espejo de la noche mi silencio te aúlla
Tu silencio me embiste, me rasga, me lesiona
Y muda me inculpa tu garganta de arena.
Palabra ahorcada en tu bruma de soles
Petrifica ensueños e inverna el deseo.
Me voy
Me voy a l'orage que hace gemir la tierra
Me voy sin recuerdos, me voy con tu presencia.
Voy a beber desiertos
Me voy a la tormenta
Con fiereza de ángel clausuro los deleites
Y con un bisturí extirparé nuestros cuerpos
Del núcleo de la magia y de lo inagotable.
Me voy
Voy a remontar el plenilunio
Penetrada por lágrimas de lluvia
Voy a encender orquídeas en glaciares.
Huracán de cristal, corazón urgido,
Voy a eternizar nuestro misterio.
Me voy de tu cuerpo para persistir tu alma
Me voy para permanecernos.


Cristina Castelló


Dedicatoria: Hace días, semanas ya, que necesitaba publicar, pero la tristeza que atenazaba mi alma lo impedía. Incluso me planteé abandonar el blog. Pero no lo haré porque es el jardín al que acudir para envolverme en la fragancia de la vida que hiciste florecer. Gracias por ser la chispa que inició la vida. Gracias por hacerme sentir. Te quiero y te querré.  



4 dic 2015

Mi corazón: tu nido

Jane Morris (El vestido de seda azul), Dante Rossetti

Esperanza,
araña negra del atardecer.
Tu paras
no lejos de mi cuerpo
abandonado, andas
en torno a mí,
tejiendo, rápida,
inconsistentes hilos invisibles,
te acercas, obstinada,
y me acaricias casi con tu sombra
pesada
y leve a un tiempo.

Agazapada
bajo las piedras y las horas,
esperaste, paciente, la llegada
de esta tarde
en la que nada
es ya posible...
Mi corazón:
tu nido.
Muerde en él, esperanza.

Ángel González