Puedo tocar tu mano sin que tiemble la mía,
y no volver el rostro para verte pasar.
Puedo apretar mis labios un día y otro día
y no puedo olvidar.
Puedo mirar tus ojos y hablar frívolamente,
casi aburridamente, sobre un tema vulgar,
puedo decir tu nombre con voz indiferente
y no puedo olvidar.
Puedo estar a tu lado como si no estuviera,
y encontrarte cien veces, así como al azar.
Puedo verte con otro, sin suspirar siquiera,
y no puedo olvidar.
Ya ves: Tú no sospechas este secreto amargo,
más amargo y profundo que el secreto del mar,
porque puedo dejarte de amar, y sin embargo
¡no te puedo olvidar!
José Angel Buesa
Leonard Cohen - In My Secret Life