John Robert Cozens
Como ondas luminosas que caen,
Con un movimiento natural,
Sobre la orilla infernal
De un espumoso Océano;
Una rosa salvaje se arrastra por el muro,
Un racimo de sol cae en la sala en ruinas,
Cuerdas de una melodía alegre en el funeral,
Tan triste que ha logrado confortar
Este profundo corazón soberbio,
Tan ansioso y doloroso,
Tan confundido y apenado,
Con pensamientos de intolerable cambio,
-Tal es aquel contraste extraño-
Y tu voz inolvidable, tu acento arribando
Como viajero desde el extremo del mundo
Hasta su antiguo palacio.
Fragmento de "La voz", de Matthew Arnold
Nota: Hoy hace dos años que tuve la inmensa fortuna de estrellarme contra T. Sé que no debo escribirle, que he de mantenerme alejada para hacerlo más fácil, pero no lo olvido. Ni quiero hacerlo. El poema que he elegido fue uno de los primeros que compartí con él, así como la pintura de Cozens. Como melodía...su querido Local Hero
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