Hace mucho, mucho tiempo, dijeron de mí que soy una cazadora de baphomets (en plural).
Hoy, por una rocambolesca pirueta de El que teje mi alfombra, lo he recordado, junto con el lugar que asociaré por siempre a una frase, "Ni la humedad caliente de tu asfixia", que, vista desde el exterior, puede tener connotaciones varias, ninguna de las cuales se acerca siquiera a lo que significa para nosotros.
Hoy, tras años resguardado en una cajita cerrada y olvidada en mi memoria, has venido a mi presente.
Hoy, he descubierto que sigues siendo importante para mí.
Hoy, me he acordado de ti, mi estimado vizconde.
Y hoy, daré un beso a tu recuerdo y volveré a guardarte con mimo en mi memoria, acariciando la tapa de la cajita en señal de agradecimiento por todo lo que compartimos, aunque fuera batallando.
Hasta la próxima vez. Hasta la próxima iglesia abandonada. Hasta el próximo nacimiento de agua. Hasta ti.
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