Tu elegía, Granada, la dicen las estrellas Que horadan desde el cielo tu negro corazón. La dice el horizonte perdido de tu vega, La repite solemne la yedra que se entrega A la muda caricia del viejo Torreón.
"…- ¿Alguna vez estuviste en Islandia, seannachie?
- Nunca.
- Alguna vez tendríamos que ir juntos. Un país extraño y feroz, con fuego en el vientre y vapor y fango caliente que salen burbujeando del suelo. Allí el mar es un monstruo…bajíos y corrientes furiosas, y peñas con las cuales nunca soñaste, que se yerguen en la bruma, y la brújula enloquecida, de modo que no sabes si vas o vienes…"
«Es cierto, soy una especie de discapacitado del gran amor, y se supone que mi corazón postizo no es capaz de aguantar el terremoto emocional que siento cuando la veo, pero, qué le voy a hacer, late por usted.»
Antes que el sueño (o el terror) tejiera mitologías y cosmogonías, antes que el tiempo se acuñara en días, el mar, el siempre mar, ya estaba y era. ¿Quién es el mar? ¿Quién es aquel violento y antiguo ser que roe los pilares de la tierra y es uno y muchos mares y abismo y resplandor y azar y viento? Quien lo mira lo ve por vez primera, siempre. Con el asombro que las cosas elementales dejan, las hermosas tardes, la luna, el fuego de una hoguera. ¿Quién es el mar, quién soy? Lo sabré el día ulterior que sucede a la agonía.
«Vivir, en eso no hay felicidad alguna. Vivir: llevar por el mundo a su dolorido yo. Pero ser, ser es felicidad. Ser: convertirse en fuente, en recipiente de piedra sobre el que cae el universo como una lluvia tibia.»
La nave espacial Rosetta continúa circulando y mapeando el cometa Churyumov-Gerasimenko, más conocido por todos cariñosamente como Chury. Cruzando el Sistema Solar interno durante diez años para llegar a la vecindad del cometa en 2014, la nave espacial robótica continúa creando imágenes del inusual núcleo del cometa de doble lóbulo. La imagen presentada, tomada hace un año, muestra que el polvo y el gas escapan del núcleo del cometa. Aunque parece brillante aquí, la superficie del cometa refleja solo alrededor del cuatro por ciento de la luz visible que incide, haciéndola tan oscura como el carbón. El cometa 67P / Churyumov – Gerasimenko abarca unos cuatro kilómetros de longitud y tiene una gravedad de superficie tan baja que un astronauta podría saltar de ella. Con Rosetta a cuestas, el cometa 67P pasó más cerca del Sol el año pasado y ahora se dirige de regreso al punto más alejado, justo después de la órbita de Júpiter.
Cantan las hojas, bailan las peras en el peral; gira la rosa, rosa del viento, no del rosal. Nubes y nubes flotan dormidas, algas del aire; todo el espacio gira con ellas, fuerza de nadie. Todo es espacio; vibra la vara de la amapola y una desnuda vuela en el viento lomo de ola. Nada soy yo, cuerpo que flota, luz, oleaje; todo es del viento y el viento es aire siempre de viaje.
Unas estrofas del poema de Heinrich Heine, "La esfinge", en el cual está basada una de las obras del Simbolismo alemán que más me removió en su momento, "El beso de la esfinge", de Franz von Stuck.
Estas estrofas pertenecen a un poema de Eduardo Marquina. Es de principios del siglo XX y se le conoció por sus obras de teatro, que le dieron fama y dinero. Sin embargo, comenzó escribiendo poesía que, inexplicablemente, ha pasado muy desapercibida. Aún así, tiene alguna perlita escondida. Él llamaba a su obra Teatro poético...
Y como acompañamiento para degustar la poesía de Marquina, la versión de un clásico en la dirección de uno de mis directores de orquesta favoritos.