"Corazón" de Cristina Ruiz
hay puertas sin cerrojos y mirillas abiertas a los campos,
porque detrás del enigma hay un pan bueno,
un agua que no olvida su destino de mar
aunque recuerde
el orgullo de altura de la nube.
Aún estamos aquí porque de vez en cuando
vienen a confortarnos la duda y la mentira,
a retirar este sabor oscuro y malicioso
- algo que no entendemos -
de la boca.
Entonces respiramos con más fuerza,
y pueden las camisas recordar
que fueron ramas del árbol
que sirvió para que el fuego primitivo sustraído a los dioses.
Confirman el botón y la sonrisa
una mandálica forma de ruedas o planetas,
para encerrar secretos de cansancio,
adornos inservibles.
Y a veces nos queremos.
Enrique Gracia Trinidad en "Crónicas del laberinto"
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