Anne Julie Aubry
Arrancad la poesía del canto,
el árbol de las voces,
las quimeras del sueño,
arrancadme a mí de mí misma,
para que vea mi corazón, latido
sanguíneo y dulce,
bajar al valle.
Mis misterios fueron los de Orfeo
y de otros pitagóricos ascetas
con su mensaje de paz
por pantanos deshechos.
Alda Merini
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