28 jun 2014

Bienaventurados...


Poema XII

Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.
Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.
He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto como un viaje.
Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.

Pablo Neruda

Como imagen para ilustrar este poema de Neruda me he decidido por una que aún no he plantado en el jardín secreto que comparto con T.... A ver si se percata y me pregunta (una que es traviesa). Se trata de Barco de mariposas, de Salvador Dalí. Una de los motivos por los que he elegido un cuadro de Dalí es el hecho de que mi naricita sospecha que Dalí no deja indiferente a T.




La melodía que acompañará al poema de hoy será la Danza de los espíritus bienaventurados, de Gluck. 





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