Tal día como hoy, hace 71 años, se escribió uno de los episodios más vergonzosos de nuestra historia reciente, de los que le dan alas a aquellos gurús descreídos del valor de la humanidad como conjunto de personas. He dudado, como todos los años, si publicar o no al respecto y, finalmente, he decidido que sí, me merece hacerlo. Se merecen que lo haga.
Sirva esta flor de loto como humilde símbolo de reconocimiento de aquel fatídico día para la humanidad y como homenaje al pueblo de Japón. Ojalá su paz y serenidad nos ilumine.
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