26 jul 2014

Anoche...



Anoche te he tocado y te he sentido 
sin que mi mano huyera más allá de mi mano, 
sin que mi cuerpo huyera, ni mi oído: 
de un modo casi humano 
te he sentido.
Palpitante, 
no sé si como sangre o como nube 
errante, 
por mi casa, en puntillas, oscuridad que sube, 
oscuridad que baja, corriste, centelleante.
Corriste por mi casa de madera 
sus ventanas abriste 
y te sentí latir la noche entera, 
hija de los abismos, silenciosa, 
guerrera, tan terrible, tan hermosa 
que todo cuanto existe, 
para mí, sin tu llama, no existiera.

Gonzalo Rojas




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