Para darle la bienvenida al mes de julio y aprovechando que esta semana estaré de "vacaciones", he recordado arte que T. plantó en su día en nuestro jardín y he decidido compartirlo aquí junto con sus comentarios. Su forma de sentir es deliciosa (para mí, conste en acta).
Así pues, hoy, primero de julio, la manzana de oro tendrá sabor a...
"Arte que se puede andar por encima, que he andado por encima. Une lados, a pesar de su evidente realidad física te permite surcar al aire y mirar hacia abajo.
El puente de Cangas, estrechito, pedregoso, hueles la humedad y oyes rezar a Pelayo (sí, ese de la batalla de Covadonga). Una ida y otra venida. Varias, con tiempo, pasando por encima de la cruz. Es un puentecito que parece llegar hasta la Granada recién reconquistada.
El puente de Mérida, desde el Alcázar o hasta la islita del Guadiana. Ancho, sólido, con legiones romanas cruzándolas. Si vas en chanclas éstas se convierten en cáligas, la cámara de fotos en un pilum y la visera en casco con penacho. El poder del imperialismo, la "pax" romana sujeta cada uno de sus pilares.
Ronda, el puente sobre "el Tajo". La última vez me recordó, raro que es uno, a los puntos de papel que ahora ponen en las heridas. Une lo separado por la herida.
Y el puente que está en.. Besalú. Medieval aunque reconstruido. Hay que pedir permiso para entrar en Besalú a través del puente, sus puertas fortificadas dicen quien entra y quien sale. Di tú quién entra y quien sale en tu Besalú. Todos ven el puente y quieren cruzarlo, a quién se lo franqueará la dueña de Besalú... Ese puente me recuerda a ti."
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