Reconozco que nuestros ritmos de sueño son incompatibles pero, lejos de distanciarnos, he descubierto el enorme placer de observarte mientras estás acurrucado en el reparador abrazo de ese canalla de Morpheo, al que alguna grave ofensa le tuve que hacer en una vida pasada (o en varias) para que reniegue de mí con esa facilidad... Me encanta observar tu respiración acompasada, cómo tu pecho sube y baja rítmicamente y reconozco que me sale la vena bruja cuando te acaricio lo justo para ver cómo tu cuerpo reacciona a mi contacto...pero palabrita de niña buena que en ese momento me detengo y me deleito viendo tu rostro...ainssss, acabo de escuchar un suspiro y creo que era mío. De igual forma sé que te transmite cuidado y sueño plácido.
En mi defensa diré que no soy la única que disfruta con este nocturno placer sonámbulo, para demostrarlo, traigo un cuadro pintado en 1823 por Victoria Martín de Campo, "Psique y Cupido", en el que se puede apreciar cómo ésta disfruta el sueño de Cupido, eso sí, yo no soy tan puritana, puesto que no mantengo la distancia reglamentaria...ejem ejem.
"Psique y Cupido" Victoria Martín de Campo. 1823. Museo de Cádiz
Y como melodía para acompañar la degustación de tu reposo....
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