Hacía ya tiempo que no disfrutaba como una niña con el ballet, tal vez porque me había encaminado a obras más "profundas", olvidando que nunca jamás se debe perder la inocencia con la que nos acercamos al mundo. Esta obra me lo ha recordado una vez más.
Y ver a Zenaida Yanowsky convertida en Reina de corazones ha sido sublime, capaz de transmitir una jovialidad que incita a quitarle ese dulce que ella reclama. En definitiva, una manzana digna de este jardín.
Queen of Hearts in Alice's Adventures in Wonderland
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