17 jun 2020

La necesidad de los Robadores de fuego




SEGUNDA CARTA (traducida por Ramón Buenaventura)
De Arthur Rimbaud a Paul Demeny
Charleville, 15 de mayo 1871
(fragmento) 


«El poeta es, pues, robador de fuego.

Lleva el peso de la humanidad, incluso de los animales; tendrá que conseguir que sus invenciones se sientan, se palpen, se escuchen; si lo que trae de allá abajo tiene forma, él da forma; si es informe, lo que da es informe. Hallar una lengua;

—Por lo demás, como toda palabra es idea, ¡vendrá el momento del lenguaje universal! Hay que ser académico, —más muerto que un fósil,— para completar un diccionario, sea del idioma que sea. ¡Hay gente débil que si se pusiera a pensar en la primera letra del alfabeto, acabaría muy pronto por sumirse en la locura!

Este lenguaje será del alma para el alma, resumiéndolo todo, perfumes, sonidos, colores, pensamiento que se aferra al pensamiento y tira de él. Si el poeta definiera qué cantidad de lo desconocido se despierta, en su época, dentro del alma universal, ¡daría algo más —la fórmula de su pensamiento,— la notación de su marcha hacia el Progreso! Enormidad que se convierte en norma, absorbida por todos, ¡el poeta sería en verdad un multiplicador de progreso! 

Este porvenir será materialista, ya lo ve usted; —Siempre llenos de Números y de Armonía, estos poemas habrán sido hechos para permanecer.— En el fondo, seguirá siendo, en parte, Poesía griega.

El arte eterno tendría sus cometidos, del mismo modo en que los poetas son ciudadanos. La poesía dejará de poner ritmo a la acción; irá por delante de ella.

¡Existirán tales poetas! Cuando se rompa la infinita servidumbre de la mujer, cuando viva por ella y para ella, cuando el hombre, —hasta ahora abominable,— le haya dado la remisión, ¡también ella será poeta! ¡La mujer hará sus hallazgos en lo desconocido! ¿Serán sus mundos de ideas distintos de los nuestros? —Descubrirá cosas extrañas, insondables, repulsivas, deliciosas; nosotros las recogeremos, las comprenderemos.

Mientras tanto, pidamos a los poetas lo nuevo, —ideas y formas. Todos los listos estarán dispuestos a creer que ellos han dado satisfacción a tal demanda.— ¡No es eso!»

Arthur Rimbaud


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